Era el día 26 de agosto de 1098. En Timisoara, ciudad de Romanía, un grupo de ciganos allí acampados hacían sus rituales de energización de Luna Llena, alrededor de una hoguera.

De repente, la noche, que era de cielo claro y estrellado, se volvió oscura. Un fuerte y extraño viento invadió el campamento, agitando la lona de todas las tiendas, como si quisiera transmitir un mensaje…

La vieja Zíngara llamo insistentemente a Pavalov, para avisar que Karim, su mujer, acababa de dar a luz a una linda ciganita, que llegó al mundo envuelta en una piel amarillo dorado, mas parecido a la yema de un huevo que otra cosa.

Pavalov tenía ahora su corazón lleno de una felicidad inmensa, aunque con una duda… por eso le preguntó a la vieja Zíngara, debido a que sería esa extraña piel que envolvía a la pequeña Kerumâ, su primera hija.

Zíngara pidió al cigano un pedazo de su camisa. En el retazo colocó un pedacito de la extraña piel que protegía a la pequeña, diciendo a Pavalov:

“Voy a hacer un talismán que Ud. Entregará a Kerumâ cuando ella cumpla 15 años.”

El tiempo pasó y en la fiesta de 15 años de la linda ciganita, su padre le colocó en su cuello una cadena de oro, cuyo pendiente era el talismán que la vieja Zingara hizo el día de su nacimiento.

A partir de ahí, cada año que pasaba, Kerumâ estaba cada día mas linda, y durante su paso por el planeta solo conoció la suerte. Su disposición para los trabajos y la felicidad que irradiaba para su povo cigano eran indispensables.

No existió en su grupo cigana mas linda que ella.

Ori Ori …Povo Cigano